El yin yang en nuestras vidas
Ensayo de un occidental que se cree oriental
Mario Arizpe García.
El concepto de Yin Yang visto por un occidental, podría resultar filosófico, complejo, inentendible, esotérico , místico o incluso llegar hasta lo práctico, dependiendo de quién lo perciba o en qué cultura o circunstancias se encuentre inmerso y qué tanto entienda el concepto. Este antiguo pensamiento de origen oriental, puede parecer inmensamente lejano o cercano a nuestra vida cotidiana, puede ser tan relativo o absoluto como cada quien lo asimile y lo entienda, tan contundente o frágil como lo efímero de una emoción o un estado de ánimo o tan práctico e inútil como encontrarle aplicación al pensamiento espontáneo cuando se masca chicle o se imagina figuras con las nubes.
La velocidad a la que vivimos nos impulsa a tomar cientos de decisiones diarias y continuas, por lo que pararnos a reflexionar sobre conceptos difíciles de comprender, nos parece absurdo, ocioso y sin sentido, poco útil y pragmático, usualmente se piensa: total esto se lo deberíamos dejar a los sociólogos, filósofos y eruditos que se dedican a buscar espíritus errantes o a hacer crecer su conciencia, supuestamente nada que ver con la vida real o con nuestro diario acontecer.
Bajo la anterior lógica, resulta más cómodo y práctico resumir y encuadrar todo lo que nos sucede en términos más concluyentes, por ejemplo : “o se es bueno o se es malo”, “o se ama o se odia”, “o me va bien o me va mal”, o “estoy bien o estoy mal”; por lo regular estas aseveraciones son contundentes y su aceptación inmediata va conduciendo nuestras vidas por esa estrecha visión, pues finalmente somos lo que comemos y lo que pensamos.
El hecho de tener un pequeño percance a nuestro entender es catalogado como malo, negativo a nuestros deseos o agua fiestas de nuestras ilusiones, cuando después nos percatamos de que ese hecho nos pudo salvar la vida o traer consecuencias positivas inesperadas, sucede también por el contrario: sacarnos la lotería o algún beneficio aparente, puede ser motivo de nuestra propia destrucción o auto destrucción.
El Yin Yang es definido de muchas formas, la más usual y aceptada es la siguiente: "El yin y yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo según la filosofía oriental, en la que surge. Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. En todo se sigue este patrón: luz/oscuridad, sonido/silencio, calor/frío, movimiento/quietud, vida/muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino, etc. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración."
Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia. Estas dos fuerzas, yin y yang, serían la fase siguiente después del taiji o Tao, principio generador de todas las cosas, del cual surgen".
El presente artículo pretende ilustrar con alguno ejemplos, que todo lo que nos sucede lleva implícito el Yin Yang y que todas las situaciones y eventos de nuestra vida y la de los demás, contienen su parte y su contraparte, su lado positivo y su lado negativo, su ángulo de luz y su ángulo de obscuridad y que cada cosa presenta efectos colaterales la mayor parte de la veces impredecibles y difícil de detectar y que cada paso que se da, producto de nuestras decisiones guarda la posibilidad de obtener cuando menos dos efectos contrarios.
El otro motor del presente escrito es aprovechar la tendencia casi morbosa de desear que se nos aparezca el genio de la botella que nos ayude a superar o mejorar nuestras inconformadas vidas y que siempre lo más fácil que se nos ocurre en lo imaginario es pedirle : Salud, Dinero y amor que nos redima de una vez por todas de lo que muy probablemente no seamos redimidos y menos por esa magia.
Del Dinero:
Eje y fundamento de diversas sociedades y civilizaciones después del trueque, representa casi el Dios real de nuestras existencias, por él se organizan y trabajan: empresas, instituciones, gobiernos y pueblos, grupos y personas en una danza sin fin en donde su obtención, manejo, acumulación y uso nos proporciona poder de todo tipo, subsistencia en mayor o menor grado, comodidad o incomodidad al tenerlo suficiente o insuficiente, salud y satisfactores en toda la gama de que la proporcione o no y fuente original de toda clase de alegrías y conflictos.
Su búsqueda y obtención no conocen límites ni fronteras, por él se emprenden y desarrollan guerras, explotación , asesinatos y matanzas, injusticias y perversiones, daños irreversibles a la vida y al planeta , casi la fuente perfecta de la miseria humana y el rostro patético de una naturaleza equivocada o torcida. Pero sucede también por ejemplo: con la energía nuclear, puede ser Hiroshima o una central termoeléctrica que abastece y proporciona benefactores.
De su generación, control, posesión, acumulación, distribución, ausencia o presencia, dependen valores y antivalores, paz o guerra, riqueza o pobreza. vida o muerte, beneficios y perjuicios, permanencia o desaparición, prestigio o desprestigio, avances y retrocesos vitales, libertad o cautiverio, evaluación final de éxito o fracaso, diferencia entre desarrollados y no desarrollados, frontera y abismo entre los que lo tienen o no, y así en fin todo lo que existe o se pueda imaginar dentro de su contexto, salvo la esperanzadora imaginación de que pueda ser substituido por algo mejor y menos dañino, por ese algo que aún no se ha inventado y que por lo mismo recicla como un péndulo sin fricción su permanencia de siglos.
El dinero y la riqueza y todos sus ritos y danzas, ya han sido abordados por filósofos, economistas y expertos, con agotadores y sesudos análisis, por aquellos que siguen siendo grandes a nuestra memoria y por aquellos que aún no han trascendido a la fama pero que están plasmados en la historia. Desde aquellos influyentes tratados de Adam Smith o Carlos Marx, hasta el dicho callejero: “por dinero baila el perro” o el poético del “poderoso caballero Don dinero” o “aquel dinero de judas manchado por la traición”... todos ellos desde complejos hasta simplones dejan algún residuo en nuestras mentes.
Del Dolor y la Salud:
La salud no es sólo la ausencia de enfermedad, en un contexto más amplio implica también: la Psique, las emociones, la calidad de vida, las expectativas de supervivencia y evolución simultáneas, el desarrollo del equilibrio y la tranquilidad y seguridad personal, la certeza de que cada generación compuesta de individualidades se encuentra en camino de progreso, evolución y ascenso continuo, la certeza de que podemos ser viables y venimos a construir un mundo mejor, transitando por un estado previo de felicidad personal.
Desde la anterior perspectiva, casi se podría asegurar que la gran mayoría no posee salud y por lo tanto es castigado por el dolor, pero si se entiende el dolor como la manifestación sintomática que nos avisa que existe un mal y que todavía hay tiempo de remediarlo, en este caso el dolor adquiere un significado benéfico pues su función de sensor de alerta nos inclina a tomar medidas que contrarresten lo que subyace detrás de él.
De igual forma el dolor que nos provocan los desequilibrios en la psique emocional y espiritual, en la calidad de vida y en las expectativas futuras, sin proponérselo como objetivo principal, logra que nuestra conciencia individual y colectiva crezca y se expanda, y al hacerlo acerca a la persona y a las sociedades a una evolución natural. En este caso el dolor es un catalizador sinergizante del desarrollo personal y colectivo.
El desarrollo de la conciencia es un bien indiscutible para la evolución de la especie, pero que no siempre se da en todos y en condiciones de sufrimiento y/o dolor y menos que vaya de la mano con el "desarrollo material" (dinero y riqueza) con todas sus contradicciones. Sobre todo ahora que existe la percepción que para recuperar la salud se requiere de ese "desarrollo material".
Para efectos de este párrafo se aplican las siguientes definiciones de conciencia:
La Conciencia Cósmica es la frecuencia de la información, energía, amor y la fuerza de la vida. Cuando las personas se afinan a esta frecuencia, la más alta frecuencia en la escala electromagnética, experimentan su fusión con lo Cósmico.
A efectos prácticos, la conciencia se refiere a la capacidad que nos indica qué está bien o mal. Estas valoraciones del instante que acontece, permiten al individuo percibirse a sí mismo como alguien capaz de modificar su entorno o por el contrario como alguien sujeto a unas restricciones que le superan. Tenemos conciencia cuando sabemos lo que está aconteciendo en nuestro Yo y otorgarle un concepto, ya en lo que es propio de nuestro mundo interior, ya en lo que es el mundo exterior que en él se refleja. La conciencia presenta algunas propiedades claramente diferenciadas: dinamismo, unidad o totalidad, subjetividad, intencionalidad y conocimiento certero. La conciencia predispone a la persona a actuar de forma equilibrada entre su cosmovisión y los hechos percibidos en el presente.
En la actualidad ya existen muchas técnicas, dietas, consejos y métodos para mantener una salud integral razonable a través de una alimentación tangible y no tangible que no depende absolutamente del dinero y si más del conocimiento y la información, por ejemplo la dieta Arzam, sampa,o los alimentos felices y las compañías y amistades felices, de los que habla Deppak Chopra, o las variadas técnica de desintoxicación física-emocional, o los cambios y sustitución de los softwares erróneos a través de PNL y mensajes programados, o los cambios voluntarios de chips incrustados o el simple yoga y la meditación o los cambios inducidos por hipnosis convencional o las nuevas tecnologías en aparatos inductores de bajo costo o las lecturas inducidas sobre el poder de la atracción cuántica y la utilización de los recursos alimentarios que la naturaleza nos brinda casi gratis, o de nuevo la utilización de los potenciales de la mente.
Difícil pero no imposible llegar a la salud total, a ese concepto inicial de equilibrio integrador, que desembocaría por fuerza natural en un estado de tranquilidad individual cercano a la felicidad, algo que creo y estoy convencido que vale la pena perseguir y asumir como una meta triunfadora. Quien emprenda un programa, a partir de su actitud propositiva, voluntad esperanzadora y convencimiento personal de que el conocimiento y la información existente son herramientas muy útiles y valiosas, sin duda encontrara en relativo poco tiempo los satisfactores de su emprendimiento.
Del amor y sus primos hermanos:
En la mayoría de los caso se confunde Amor, con enamoramiento, pasión caprichosa o circunstancial, estallidos hormonales, necesidades afectivas de proporcionar y recibir ternura o atención, o diferenciar entre querer y necesitar pero que ya colocados solos o en increíbles combinaciones y circunstancias los convierte en conceptos confusos. Porque finalmente al igual que muchas palabras y valores tienen muchos afluentes, casilleros y apartados (Amor sexual, fraternal, filial, espiritual, platónico, romántico, interesado o hasta apache y mil adjetivos más).
El amor al igual que el dinero, la salud y otros bienes deseados y procurados, también presenta su ambivalencia como los colores de una ficha de dominó, blanco y negro coexistiendo en la misma cara. En efecto proporciona: placer, reconocimiento, seguridad, alegría, suma de complementos, sensación de satisfacción, impulso natural de dar y recibir, reciprocidad manifiesta, programa de valores satisfechos, unidad e identificación, lectura de los más íntimos pensamientos y regocijo de tales lecturas, capacidad de compartir o negociar muy de acuerdo a valores entendidos, convalidaciones de status y certezas, sensación de propiedad personal, ganas de quedar bien y agradar, sentimiento de atracción y logro de la autoestima. Los miles de atributos del amor son innegables y manifiestos, se dice que “quien tiene amor lo tiene todo” incluyendo la resistencia a la frustración y a altas dosis de endorfinas químicas, capaces de potencializar el sistema endocrino, cardiovascular e inmunológico simultáneamente, ya lo decía aquel doctor de Bolivia cuando afirmaba en su muy afamada carta : “ni los cura el alcanfor, ni los cura el agua tibia, el que padece de amor... sólo con c. se alivia”, así de potente es el amor y sus primos hermanos.
Por amor se han salvado vidas, se han realizado actos heroicos y sacrificios extremos, se ha redimido a la humanidad, se ha creado arte, ciencia y cultura pero también en su nombre, equivocadamente se han consumado horribles crímenes, se han formado y desarrollado civilizaciones, pueblos y naciones y en su frágil y libre interpretación se han destruido y arrasado sin piedad de la misma forma. Como si fuera siamesas complementarias, amor y odio, acompañados de su hijastro el desamor, han recorrido los confines del mundo agarrados de la mano proclamando su divisa: “no puedo vivir sin ti, pero tampoco vivir contigo” y es así que con esta proclama es como coexisten en la contradicción.
Y es en este mar de contradicciones, donde se va cultivando el fermento de la dualidad, la levadura de lo opuesto a un mismo tiempo, se va gestando la confirmación de aquella vieja ley de Newton que explica: “a toda acción corresponde una reacción igual pero en sentido contrario” y es así que aquella satisfacción generada, le puede reaccionar una ámpula de insatisfacción o vacio inexplicable; a aquel dar y recibir: el síndrome “de por qué habría yo de darle más de lo que recibo” o simplemente: “tendré que manipularte pues ya no estás siendo reciproco”; o aquel sentido de propiedad erróneo, levantando ampollas de la quemadura de la posesión y los celos; o cuando las hormonas se debilitan, acuden presurosos: la indiferencia, el desamor y la lejanía o cuando la pobreza entrase por la puerta, el amor se sale volando por la ventana; o cuando se juntan un puñado de emociones negativas y en lugar de poderosas endorfinas se producen venenosos homo tóxicos que enferman y aniquilan al igual que cuando por amor se peca y se paga casi al mismo tiempo, dejando satisfactores y cargas de conciencia.
Y como en todas las cosas todo esto se puede o no dar, o dar mezclado o parecer que se da, y así confundir las hormonas con “mariposas en el estómago” o el romance idealizado con el “sonido de campanitas” o el imaginario orgasmo eterno con “estrellitas en el aire” o “vivieron muy felices” como reminiscencia infantil de los cuentos de hadas; y sin embargo se mueve y todo esto sucede, es el diario acontecer aunque no se confiese abiertamente.
Para muestra no un botón, sino tres: salud, dinero y amor, pero lo mismo califica la ampliación de este artículo-ensayo para otros conceptos trascendentes, intrascendentes y de cualquier filiación, califica para autos, casas, ranchos, fama y celebridades, realeza y proletariado, sexo, religión, políticos gobernantes y desgobernantes, valores y antivalores, santos y demonios, escritores y literatos y en donde se les puede abrir un hueco y caben los frívolos, los farsantes, los simuladores o los gays o los que fingen demencia cínicamente a sus gobernados o cualquier otra actividad que en su momento pueda aparecer interesante para el que escribe o para el que lo pueda influenciar a seguir desparramando letras.
De muy pocas cosas se puede tener certeza y sin duda con asegunes y dudas metódicas o por nuevas hipótesis o descubrimientos, entre ellas los átomos y moléculas, el ADN y la existencia y vastedad del infinito cosmos y su conciencia universal o la muerte como la entendemos usualmente y luego ya en su siguiente nivel ascendente: el contradictorio, repetitivo y estúpido comportamiento de la especie humana que no parece haber venido a este planeta a aprender y a evolucionar. Por lo demás y aunque todo indique que de relatividad está saturado el globo, sin embargo se mueve.
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